La próxima temporada de Fórmula 1 en Madrid marcará el regreso de la capital de España a este deporte. La última vez que se celebró un Gran Premio en Madrid fue en el Jarama en 1981. Este esperado retorno está programado para el año 2026. Coincidentemente, es el mismo año en el que finaliza el contrato actual del Gran Premio de España, que ha tenido lugar en el Circuit de Barcelona-Catalunya desde 1991. Esto plantea la posibilidad de que en esa temporada se lleven a cabo dos pruebas en suelo español, una situación que no se vivía desde 2012, cuando Valencia albergaba el denominado Gran Premio de Europa.
Años de F1 en la capital de España
El reciente acuerdo firmado con la Fórmula 1 tiene una duración de 10 años y se estima que el evento aportará alrededor de 500 millones de euros anuales a Madrid, según los promotores involucrados.
La intención va más allá de simplemente organizar una carrera; se busca crear un evento que encarne lo que el mundo de la Fórmula 1 está buscando actualmente, al igual que el enfoque adoptado en el GP de Miami. Para lograrlo, se aprovecharán los 12 pabellones disponibles en el recinto de IFEMA. Todo esto tiene un propósito claro, como mencionó De los Mozos el pasado mes de julio: «Convertir este gran premio en algo más que una simple carrera, sino en una experiencia que sea considerada la mejor en toda Europa».
Así sería el circuito urbano de Madrid
Desde febrero pasado, se ha recopilado información detallada para esbozar un diseño bastante aproximado del trazado del circuito urbano. Este circuito ha sido seleccionado entre varias opciones por Liberty y recorrerá los alrededores del IFEMA y la Ciudad Deportiva del Real Madrid, ubicada en Valdebebas, al noreste de la ciudad.
Se espera que este circuito tenga una extensión ligeramente superior a los cinco kilómetros, siguiendo así la tendencia de las últimas incorporaciones al calendario de la Fórmula 1. Sin embargo, presenta dos características sobresalientes: incluirá una curva al estilo de Indianápolis, con las cinco torres de la Castellana como telón de fondo, y un tramo que atravesará dos pabellones del recinto ferial de IFEMA.
La línea de meta está proyectada para estar en la Vía de Dublín, mientras que los boxes, el pit lane y el paddock se ubicaría en la actual entrada principal de IFEMA y los aparcamientos más cercanos. La primera curva, hacia la derecha, se encontraría en la rotonda frente a la M-40, antes de continuar por una segunda recta en la Vía de Dublín en dirección a la M-11, también conocida como Avda. Manuel Azaña, vía de acceso al Aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
En este punto, el circuito discurre por debajo de la M-11 hacia la Calle de Francisco Umbral, pasando por el terreno que solía albergar el festival musical Mad Cool, propiedad de IFEMA. Esta área albergaría la sección más sinuosa del trazado y una de sus curvas más emblemáticas: una curva peraltada al estilo de Indianápolis.
El regreso al recinto ferial se llevaría a cabo a través del actual túnel peatonal, creado para el Mad Cool, dejando a la izquierda la Ciudad Deportiva del Real Madrid, pasando nuevamente bajo la M-11 y regresando a las instalaciones de IFEMA.
Según lo averiguado por diversos medios, se prevé que las labores de construcción y preparación de los terrenos comiencen alrededor del verano de 2024, una vez se obtenga la aprobación de la FIA a través de la Real Federación Española de Automovilismo.
¿Habrá dos grandes premios en España?
El contrato entre el Circuit y la Fórmula 1 finaliza el mismo año que comienza el de Madrid, dejando la incertidumbre sobre el futuro de esta sede como anfitriona anual del Mundial. A pesar de ello, el Circuit aspira a continuar siendo parte del calendario.
La situación ideal sería la coincidencia de ambos Grandes Premios en el calendario. Sin embargo, Stefano Domenicali, CEO de la Fórmula 1, ha adelantado que esto sería complicado debido a la gran demanda de escenarios que buscan ingresar al Gran Circo, habiendo llevado el campeonato a casi todos los rincones del planeta. Mientras tanto, en la FIA, no descartan la posibilidad de que Madrid y Barcelona puedan coexistir, aunque admiten las dificultades inherentes a esta idea.